Tras la presentcaión de Albert Bada, Albert Bonnin, graduado en fotografía y creación digital, y post-graduado en posproducción audiovisual avanzada, por el Centro de Imagen y Tecnología Multimedia de la UPC, nos contó su proyecto Retrofusió, que fusiona escenas de fotografías antiguas de paisajes urbanos, con fotografías actuales.
El proyecto Retrofusión nació hace tres años como punto de conexión entre algunos de sus principales intereses en el campo de la fotografía: el estudio de la luz y de la tecnología de los aparatos fotográficos, la fotografía de arquitectura y la posibilidad de conocer la historia de los lugares a través de las imágenes que nos quedan de otras épocas.
Todo comenzó con unos fascículos editados por Antonio López, llamados Barcelona á la vista. En ellos se encuentran escenas de la ciudad fotografiadas por Fernando Rus a principios del siglo XX e impresas por el grabador Pedro Bonet. A partir de aquí, se abrió el camino para llevar a cabo un proyecto: recrear la imagen antigua para luego fusionarla con una imagen del presente, hecha exactamente desde el mismo punto de vista.
Tras las imágenes finales, que incluyen la simbiosis de las antiguas y las modernas, hay varias líneas de investigación, sobre todo respecto a la localización de los lugares, el análisis de los
puntos de vista y el estudio de la luz. Aparte de esto, existe la voluntad de comprender la tecnología que se relacionó con la toma de la imagen, que será útil para la recreación actual; por ejemplo, para calcular los puntos de vista, habrá que tener como referencia un elemento todavía existente de la escena y, a ser posible, el negativo original. Así, con la comparación de los tamaños del elemento físico y el fotografiado, mediante el cálculo del aumento, se puede saber aproximadamente la distancia a la que se colocó la cámara, pudiendo incluso llegar a saber las ópticas utilizadas por el fotógrafo. Para el estudio de la iluminación se integra el software online Photographer Ephemeris, con el que se puede identificar la dirección y angulación solar en una fecha y hora
concretas que, junto con otras aplicaciones web como Shadow Calculator, permitirá ajustar el momento de la toma, con un margen de error de dos a tres semanas.
La intención final es captar, de la manera más amplia posible, el momento de la historia en que fueron hechas las fotografías antiguas y poder, después, fusionarlas con las modernas. Aunque en este proyecto la intención de la fusión es puramente estética, lo cierto es que la aplicación de los recursos técnicos mencionados puede ser útil para el estudio evolutivo de un entorno, ya sea desde el punto de vista arquitectónico, urbanístico, o simplemente histórico.
Sea como sea, como resultado final, se obtienen unas imágenes que permiten hacer un viaje en el tiempo, uniendo varias generaciones de personas que se encuentran en el mismo lugar, pero separadas por más de 100 años de historia.
Curiosamente, como señaló Jep Martí, en una de las fotografías analizadas más en profundidad, la de el hijo de Josep Coté y su novia, en Pla de Palau, aparece la terraza desde donde Alabern y Monlau realizaron en 1839 el primer daguerrotipo documentado en España. Y además, la Llotja, objeto de la seguiente foto analizada, habría sido el tema principal de dicho daguerrotipo.